Docentes y estudiantes de Nutrición desarrollaron un recetario saludable económico y fácil
El contexto actual de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, modificó de manera importante la rutina diaria en la que la alimentación marcó una modificación en los hábitos diarios donde, en líneas generales, la población puede tener la oportunidad de planificar las comidas de la semana.
Esto fue un punto de discusión en la Cátedra de Educación Alimentaria y Nutricional de la facultad de Nutrición de la Universidad Nacional de La Plata donde docentes y alumnos desarrollaron un recetario.
“Surgió como una necesidad de contribuir a la sociedad con nuestros saberes”, expresó la docente Soledad Lucero en diálogo con Radio La Plata (FM90.9) quien comentó que en abril, mediante las clases online, se les propuso a los estudiantes de dicha cátedra “colaborar con la propuesta pero con recetas que formaran parte de su cotidianeidad, que sea practica, fácil de hacer y económicas”.
Dicho proyecto terminó quedando plasmado “en esas recetas con materias primas fáciles de conseguir y elaborar que todo el mundo tiene en sus casas” ya que nos parece importante “que fueran posibles de hacer”. “Al principio del aislamiento nos vimos desorientados pero con la extensión del mismo sabemos que como sociedad, y cada persona en particular, podemos organizarnos”.
En este sentido la nutricionista remarcó la importancia “en la planificación de las comidas. Porque si algo se nos modificó en la forma de comer en la cuarentena, es la planificación tanto en la compra de alimentos como la elaboración de los mismos; por eso plasmamos recetas que faciliten dicha compra”. Sucede que “si tenemos 20 minutos para pensar la comida, enseguida aparecen mayores cantidades calóricas ya que vamos a lo más fácil como arroz o fideos”.
La profesional hizo especial énfasis en la alimentación saludable, algo que no solo se debe a “bajar de peso”, sino a una “mirada epidemiológica integral que intenta disminuir las enfermedades metabólicas”. En este sentido aclaró que las mismas se piensan en comidas con baja cantidad de sal, menos grasas, mayores fibras, mayor ingesta de agua y frutas y verduras. “Hay que repensar la alimentación dese un lugar que garantice los nutrientes y que tenga beneficios cardiovasculares”.
En relación al famoso “permitido”, Lucero ve como clave “pasarlo a una oportunidad. Que no sea un día donde uno come de todo y en grandes cantidades sino ponerse objetivos en cuanto a esos alimentos dándose el gusto de comerlos pero teniendo en cuenta las porciones del mismo”.
