La Defensoría del pueblo volvió a pedir por la concesión a Edesur

Luego de lo que fue la ola de calor que expuso la deficiencia del servicio electrico, desde la Defensoría del Pueblo bonaerense volvieron a insistir con el pedido de finalización en la concesión a Edesur y una multa importante para Edenor.

En esta ocasión, el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino, participó de la audiencia pública en la que se analiza el nuevo cuadro tarifario del servicio eléctrico, en la que volvió a pedir que se le quite la concesión a EDESUR y que no se habilite ningún tipo de aumento en la factura de la luz.

"Volvemos a solicitar, junto a intendentes e intendentas, la cancelación de la concesión de EDESUR, porque es la empresa que presta el peor servicio en la Argentina. No es un problema de tarifas, es un problema de voluntad empresaria. Cuando tuvieron las tarifas altas no hicieron inversiones y el servicio sigue siendo igual o peor”, indicó Lorenzino.

En esa línea, sostuvo que “si invirtieran lo que dicen las autoridades de EDESUR, esto claramente no se ve reflejado en la calidad del servicio. No es fácil tomar la decisión de terminar la concesión, pero vemos el compromiso de las nuevas autoridades del ENRE para poder avanzar en la revocación, que tal vez se dé progresivamente”.

Además durante la audiencia virtual convocada por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad, Lorenzino también reclamó que no haya ningún tipo de aumento de las tarifas. “Las familias de la provincia de Buenos Aires no resisten ni siquiera una suba mínima. Vivimos tiempos muy duros, hemos tenido aumentos del 4.000% hace algunos años, por lo que los bolsillos no soportan un aumento más”, expresó.

Asimismo, el Defensor del Pueblo cuestionó el formato de las audiencias públicas y mencionó que cuando fueron creadas tenían una lógica y que con el avance del tiempo, hubo un avance en la ampliación de derechos que no se ven contempladas.

 “Lo más inteligente sería repensarlas y adecuarlas a las nuevas realidades. Así como están, son un mero formalismo que entorpece una decisión ya tomada. No cumple la función de participación real y nuestras voces no inciden en la decisión que luego se va a tomar" concluyó Lorenzino.