Caña con ruda: Una tradición para espantar los males del invierno

Algunos pueblos originarios de América mantienen cada 1 de agosto una tradición milenaria asociada al Día de la Pachamama y el momento más álgido del invierno: la ingestión de caña con ruda en ayunas. Este ritual que no pierde adeptos tiene como fin atraer la salud y la suerte y alejar la envidia y los maleficios. 

El programa Después del Mediodía, por Radio La Plata 90.9 FM, dialogó con Laura Velasco, astróloga y dueña de la tienda esotérica Santa Devota, quien habló esta tradición que forma parte de nuestra cultura y contó cómo ponerla en práctica de forma efectiva. 

“El ritual completo comienza el 23 de junio en la Noche de San Juan, pero también se puede hacer en cualquier momento, mientras sea con amor. La caña con ruda se consagra y se deja macerar para luego ser ingerida el 1 de agosto, en ayunas, agradeciendo a la tierra, y se piden deseos de salud y prosperidad”, comenzó Velasco.

“Desde el 23 hasta el primero de agosto uno deja macerar la caña y la ruda y ese tiempo se la consagra, ritualiza y se la deja en un pequeño altar. Si se realiza el preparado ahora habría tiempo para ingerirlo hasta el 14 de agosto, porque ese día se cierra el portal energético de la Pacha”, agregó. 

En tanto que sobre los beneficios que produce su consumo, la astróloga contó que “genera un detox, te limpia y protege”, al tiempo que advirtió que en su tienda venden el kit que incluye la caña, con una vela, un saumo y un jabón de ruda. “Entonces el primero de agosto te preparas para conectar un poquito y hacer el ritual, porque lo primero que tenemos que hacer es agradecer y después pedirle salud, prosperidad y abundancia”.

¿De dónde surge y qué significa esta tradición?

Enraizada en el norte argentino, específicamente en  Misiones y Corrientes, esta costumbre se ha extendido por todo el país y se cree proviene de los pueblos originarios de América. Conocedores de las propiedades de las plantas, estas poblaciones destacaban en la ruda múltiples usos medicinales contra parásitos y malestares gastrointestinales, además saberla efectiva para calmar el ardor y la irritación de picaduras de bichos y alimañas. 

En agosto, el frío sumado a las lluvias diezmaba la población y el ganado, por lo que crearon este remedio natural para superar estos problemas.

En origen se utilizaban licores fabricados con chañar, patay, tunas o algarroba, a los que se les agregaba la contrayerba o hierbas medicinales. Con la llegada de los europeos, los componentes fueron mutando hasta conformar la receta que hoy conocemos.

La introducción del cultivo de caña para la fabricación de azúcar, en la época de la colonización española, empezó a producir paralelamente el aguardiente de caña. A esto se le sumó la llegada de la ruda a América cuyas capacidades medicinales no pasaron desapercibidas.

A esta combinación, el imaginario guaraní le fue adjudicado propiedades y virtudes que derivaron en la creencia popular que considera a la caña con ruda como un conjuro contra la envidia y la mala suerte. Este brebaje se consume “para espantar los males del invierno”.