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Negacionismo: Cuando una falacia se disfraza de opinión

Maximiliano Pérez
04/09/2023
Negacionismo: Cuando una falacia se disfraza de opinión

El acto de reivindidación de genocidas que organizó la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza, Victoria Villaruel, puso en agenda, de manera secundaria, un debate que la sociedad argentina había clausurado muchos años atrás, cuando a fuerza de luchas populares los juicios por la verdad comenzaron a certificar la comisión de delitos de lesa humanidad por parte de los responsables de la última dictadura cívico militar.

El argumento que anteponen los dirigentes de la derecha local, busca reinstalar la teoría de los dos demonios, según la cual en la Argentina de los 70 hubo una "guerra" interna entre dos bandos similares que se disputaron el control de los destinos del país, provocando una situación de violencia que incluyó muerte y desaparición de personas.

Claro que mientras uno de los bandos estaba integrado por Fuerzas Armadas profesionales, con equipamiento militar y todo el aparato represivo del Estado a su disposición, del otro lado había estudiantes de entre 12 y 18 años que reclamaban por un boleto estudiantil, trabajadores que luchaban por mantener sus derechos, madres y abuelas que pedian conocer el paradero de sus hijos y nietos, un ejército irregular, no organizado y evidentemente bastante desigual, por lo que la teoría no logro sostenerse en el tiempo.

Para los defensores de esta idea, el "enemigo" eran los grupos clandestinos de guerrilla armada y todo lo demás apenas un daño colateral.  El argumento se cayó rápidamente por su propio peso, cuando la justicia condenó a los integrantes de las juntas militares de gobierno, y sobre todo cuando comenzaron los juicios por la verdad, que dejaron en claro que aún frente a la existencia de organizaciones armadas, que en el pero de los casos cometían delitos comunes como robos y asesinatos, el gobierno cívico militar la emprendió contra todo espacio o sector de la sociedad organizada que pudiera poner en riesgo su proiyecto del entrega del patrimonio nacional.

El intento de reponer el escenario de guerra interior se recuesta sobre una serie de falacias que recortan el concepto de derechos humanos y disfrazan de "opinión" una posicioón negacionista que rechaza toda la evidencia histórica sobre el terrorismo de Estado, la culpabilidad de los genocidas, la complicidad civil de la dictadura y otros elementos que ya fueron sobradamente probados en instancias judiciales en procesos que en algunos casos atravesaron gobiernos de diferente signo político.

El acto que convoca Villaruel, equivale a una reunión de peofesores de matemática bochados de alguna esoecialización que se autoconvocan para declarar que "2+2 no es 4, sino que desde su óptica 2+2 es 5", no importa la evidencia, ni la comprobación empírica de que en cualquier momento, lugar, y bajo cualquier variable la sumatoria de dos grupos de dos, dará como resultado "siempre" un grupo de cuatro y no uno de cinco.   Asi de ridículo, pero también asi de grave, debido a que el evento fue autorizado en la Legislatura porteña, como si a los negacionistas de las matemáticas le cedieran para tal fin el auditorio principal de la Facultad de Ciencias Exactas.

Pero además, esta referente de la nueva (?) política, que se supone por fuera de "La Casta" y que viene a terminar con los vicios de los partidos tradicionales, irrumpe con una conducta de las mas despreciables que es la utilización de cargos, posiciones e información privilegiada para el beneficio propio, atento que la propia candidata a vicepresidenta es hija de un Teniente Coronel que participó de la represión, y su tío es Ernesto Guillermo Villaruel, procesado en la causa del Centro Clandestino de Detención "El Vesubio", es decir que la candidata de La Libertad Avanza no defiende ningún interés distinto que el de su propia familia, y por supuesto los de ella misma.

El negacionismo por la ventana

Vale preguntarse si el 30% de los votantes que eligieron la opción de javier Milei en las PASO, y que seguramente ascenderán unos cuantos puntos mas de cara a las generales del mes de octubre acompañan también esta mirada negacionista de los candidatos del espacio ganador de las elecciones.

Si fuese asi, estaríamos claramente ante un momento bisagra para nuestra historia.  Sin embargo y pese a que la mirada electoral de los negacionistas sin dudas se volcó mayoritariamente hacia la Libertad Avanza, no hay elementos para suponer que uno de cada tres argentinos ahora reinvidica la dictadura.  Parecería mas que esa parte del discurso del frente de la derecha ingresa por la ventana, quizá como parte de un paquete completo que el electorado eligió con otras motivaciones.

El apoyo a los juicios por la verdad, las manifestaciones en contra del 2x1 a los genocidas, las atomizadas pero siempre masivas marchas del 24 de marzo, forman parte de la conducta consolidada de una sector importante de la sociedad argentina, y aunque pareca contradictorio esto no colisiona con las preferencias electorales, atento que frente a la crisis económica, la inflación galopante, la inseguridad y las consecuencias del brutal endeudamiento que dejó el macrismo, los derechos humanos de primera generación han quedado relegados en la agenda de discusiónn politica.

Se vuelve entonces imperioso elevar el grito de repudio y encender las luces de alarma ante el avance de las políticas de restauración de los principios rectores de una de las peores etapas de nuestra historia.

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