El Consejo Profesional de Informática remarcó la necesidad de la matriculación

El Consejo Profesional de Ciencias Informáticas de la Provincia de Buenos Aires (CPCIBA), intenta profundizar en un nuevo modelo de gestión que elimine el papel, para ir a través de plataformas cada vez más seguras con las mismas garantías de trazabilidad, con cuestiones relacionadas a la firma digital y matriculación de profesionales.

En ese sentido el presidente del CPCIBA, Eduardo Thill,  aseguró que la pandemia aceleró los procesos de digitalización y de buscar alternativas, y que, a raíz de esto, se crearon muchas aplicaciones y tecnologías que "han llegado para quedarse y ya no tienen vuelta atrás".

En diálogo con CódigoBAIRES, aclaró que la informática "es una herramienta que ayuda a la generación de todas las aplicaciones y todos los medios coayuden a esa necesidad", pero que eso debe ir acompañado de un personal con garantías, por lo que se vuelve relevante jerarquizar el rol de los "matriculados" de la entidad profesional.

Thill remarcó la problemática de la falta de exigencias a la hora de contratar a un trabajador informático. Sugirió que, al igual que con un abogado, un arquitecto, ingeniero o médico, al profesional informático se le debe exigir una matricula para que realice su labor, ya que las consecuencias de una mala praxis pueden ser grandes.

"Hay una falta de criterio de aceptación social del profesional informático. Una cosa es ser un conocedor de herramientas informaticas, y otra cosa es ser un profesional", consideró el Presidente del Consejo Informático, y agregó que "lo que falta es entender la necesidad de un profesional responsable del funcionamiento de esa actividad".

En ese sentido, recordó, a modo de ejemplo, que en los últimos meses "dejaron de funcionar sistemas que brindaban atención al público, extensión de medicamentos y demás", como ocurrió con la cuenta del PAMI.

Por lo tanto, Thill sostuvo que quien termina pagando los riesgos es el usuario final, "que debe interactuar con la plataforma, pero no hay consecuencias que obliguen a tomar responsabilidades con algun costo por daños a terceros", y que, por eso, "las sanciones terminan siendo internas, pero no hay acciones civiles o penales por poner en riesgo a los usuarios finales".

Thill, en esa línea, concluyó que "La idea es que se empiecen a medir los costos y consecuencias de la falta de profesionalismo en el area de informática".

No obstante, afirmó que no se puede garantizar, en ningún sistema, el 100% de seguridad. "Siempre hay algún margen de posibilidad de alguna eventualidad o algun esquema que te ponga en condiciones de inseguridad", aclaró. Y agregó: "Los sistemas son evolutivos, permanentemente hay que ir evolucionandolo y tener en cuenta todas las categorías que te pueden poner en un grado de riesgo".

Aclarado esto, sostuvo que "todos los trámites que se han relaizado de manera digital tienen mejor trazavilidad que en papel, y se han tomado distintos metodos que te permite la tecnologia para saber que estas tratando con quien dice ser".