En el retorno de la columna judicial en el programa Código BAIRES por Radio La Plata (FM 90.9), el abogado especialista en derecho penal, Gonzalo Escaray, ahondó en los detalles del caso de la secta “Escuela de yoga de Buenos Aires”.
“En la Escuela de Yoga se explotaba sexualmente a menores a cambio de promesas de felicidad y cura de enfermedades”, denunció el abogado.
La Escuela de Yoga de Buenos Aires es un grupo sectario que funciona desde hace 30 años en Villa Crespo. Tras reiteradas denuncias de varios ex miembros, la causa adquirió relevancia en el ojo público y se dieron a conocer nuevas actividades ilícitas cometidas por la organización.
Entre los denunciantes Escaray resaltó la figura de Pablo Salum, un ex integrante de la Escuela de Yoga. Postuló que gracias a sus múltiples denuncias y a que hizo público todo lo que pasó durante los años que estuvo sometido por la secta, se logró reabrir la causa.
Según el abogado, detrás de la fachada que creó el clan liderado por Juan Percowicz se escondía una organización que se dedicaba a captar personas con fines de lucro. “Allí se llevaban a cabo prácticas de connotación sexual bajo promesas de felicidad y salud”.
“La causa contra la Escuela de Yoga se inició en el año 93, pero en ese momento regia un código penal diferente, y al no estar vigente la ley de trata de personas ni la de lavado de activos la causa no avanzó”, comento el doctor Escaray.
Y añadio: “La trata de personas y el lavado de activos son los delitos que mas complican a el lider del clan Juan Percowicz”.
Refiriéndose al accionar de este grupo, el abogado lo comparó con una “estafa piramidal”. Debido a que en un primer momento los miembros del grupo se ocupaban de captar personas a través de diferentes promesas de salud, bienestar y riqueza.
“Después les decían si querían obtener más logros y estar cerca de la felicidad y del líder tenían que hacer varios aportes en dinero o en propiedades”, subrayó Gonzalo.
El abogado remarcó que dentro de la secta se les pedía a los miembros cumplir con ciertos comportamientos, y que “es en ese punto donde empieza a tallar la cuestión de explotación sexual de varios de los integrantes”.
En esa línea añadió: “uno de los tantos delitos de los que se acusa a Percowicz es la corrupción de menores, este habría llevado a cabo iniciaciones sexuales con los niños de grupo y sus familias”.
Los delitos de la secta
Luego de que la causa iniciada en los 90 prescribiera por falta de pruebas, gracias a los nuevos hechos que se dieron a conocer, el área judicial busca reabrirla. Los delitos que más resaltan son : trata de personas, lavado de activos, estafas y ejercicio ilegal de la medicina.
El delito de estafa se enmarca en las promesas que hacía la secta, a cambio de que sus miembros le dieran dinero y sus bienes, a la vez que atraían a potenciales integrantes.
“Es un sistema muy complejo debido a que los miembros son tanto víctimas como victimarios”, comentó Ezcaray.
Respecto al lavado de activos, la empresa invertía el dinero de sus participantes en diferentes negocios inmobiliarios o los depositaban en empresas y fundaciones. En esa línea, el abogado señaló que el gran poder de secta radicó en que también funcionaba en Estados Unidos, y que “llegó a haber presiones por parte del gobierno estadounidense”.
Finalmete el abogado se refiro a las acuzaciones por trata de personas: “captaban a personas y a traves de la cohercion y las explotaban sexualmente. Las sometían para que tengan relaciones con ciertas personas, por lo general con poder, o para que realicen iniciaciones de índole sexual.”
Cabe destacar que Ezcaray denunció que el grupo liderado por Percowicz utilizaba la explotación sexual de sus miembros, para extorsionar a jueces y a personas influyentes en el poder judicial.
“Extorsionaban a jueces para que no avance la causa, bajo la amezana de sacar a la luz que esos mismos jueces o funcionarios habian tenido relaciones sexuales con menores pertenecientes a la secta”, declaró el abogado.