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Matemáticas simples para entender el aislamiento

Matemáticas simples para entender el aislamiento

Muchas veces en la radio y de forma parcial no adentramos, sin ser especialistas claro, en el universo de los números estadísticos y las proyecciones del Coronavirus en Argentina para explicar por qué es necesario el aislamiento social como única alternativa para frenar la circulación de la enfermedad. Las respuestas que aparecen al hacer esos cálculos simples son contundentes y se hace necesario repetirlos frente a la nueva etapa de la cuarentena que comienza este miércoles.

La "mortalidad" de un virus, se mide en función de la cantidad de infectados, ya que de nada vale incluir a aquellos que no se contagiaron, que en el mejor de los casos entrarán en las generalidades de "contagios por millon" o "muertos cada 100 mil habitantes". Empecemos entonces por repasar los números de casos positivos en nuestro pais y el nivel de mortalidad del coronavirus.

En el momento en el que se escriben estas líneas, en Argentina hay 57744 casos positivos de COVID-19, de los cuales 19143 ya se recuperaron, 1207 fallecieron, y el resto continúa cursando la enfermedad en diferentes estadíos.  Estos datos permiten afirmar que la mortalidad del virus en nuestro país esta en el orden del 2%

1207 x 100 / 57744 = 2,090260459

Es decir que mueren 2 de cada 100 personas que se contagiaron con COVID-19, un porcentaje realmente bajo si se lo compara con otras enfermedades, pero alarmante cuando entendemos que el problema es la "velocidad" de multiplicación de los casos, ya que ese porcentual se alcanza en una situación ideal, con camas, respiradores y tratamientos experimentales de plasma para todos los que lo necesitan, por lo que es lógico suponer que cuando algo de eso no este disponible los números van a variar de forma negativa.

El otro dato central para entender la necesidad del aislamiento es, ahora si, la cantidad de infectados en relación al total de la población, y en nuestro país, con un total de 45 millones de habitantes, los casos positivos representan el 0.12% de la población.

Veamos que pasa en países que no aplicaron medidas de aislamiento, como Chile y Brasil.  El país mas grande de Sudamérica tiene 1,3 millones de contagios totales y 57 mil fallecidos, que desde hace semanas se cuentan de a más de mil por día, en este caso la mortalidad del virus es del 4,38% y un 0.62% de su población ya fue contagiada.

Pero quizá el mejor ejemplo sea Chile, que con una población de menos de la mitad de la nuestra, registra niveles de mortalidad similares, pero una expansión del virus que pone en riesgo su sistema sanitario. Del otro lado de la cordillera los casos totales son 268000 y los fallecidos 5347, es decir que la mortalidad del virus es un poco mas baja que en Argentina, pero aún asi hay casi 5 veces mas muertos, debido a que no hubo medidas de aislamiento, se multiplicaron los contagios y por eso también las muertes. El 1,27% de los chilenos esta infectado.

Traslademos ahora esos números a la Argentina.  Si la mortalidad fuese la misma que en Brasil y sin variaciones de otros números, ya tendriamos por  lo menos cerca de 2600 fallecidos por COVID-19 en todo el territorio, es decir el doble que ahora.  Pero peor aún, si se hubiera contagiado, como en el país que gobierna Bolsonaro, el 0.62% de la población, habría 279.000 contagios y entre 8 y 12 mil muertos, según que porcentual de mortalidad quieran tomar.

Si el espejo es Chile, la cosa sería todavía peor, ya que con el 1,2% de la población infectada, los argentinos con COVID-19 serían alrededor de 540 mil, y  los muertos estarían también en el orden de los 10 mil en total.  Hasta aquí ya debería quedar claro que el efecto positivo de las medidas de aislamiento lograron bajar el nivel de circulación de virus y eso redundó en un menor número de muertes. 

El objetivo de la cuarentena no es "evitar" los contagios, sino lograr que no se den todos de forma simultánea, y eso es exactamente lo que pasó en los países vecinos, que hoy se encuentran en un verdadero atolladero sanitario, con médicos que deben elegir a quien darle un respirador y a quien no.  El comportamiento en la mayoría de los países fue mas o menos el mismo, e incluso algunos que se pusieron como "ejemplo" a seguir por sectores de la oposición, terminaron dando marcha atrás con la apertura o reconociendo que muchas muertes se pudieron haber evitado, como paso en Uruguay y Suecia.

La situación de las camas disponibles es otro elemento que se puede entender rápidamente con algunos números.  No importa cual sea el número de camas, si hay crecimiento exponencial de los contagios en algún momento se van a terminar y el sistema va a colapsar.  Si el universo total de plazas de internación fuera 1000 y la ocupacón actual del 50%, quedarían 500 camas.  Ahora bien, la mitad de las camas se ocuparon en un período en el que los contagios diarios eran de alrededor de 100 por día, con lo cual si se duplican los contagios por día, en el mismo período se estarían utiliando todas las que hay disponibles y si los casos positivos crecen todavía mas, las camas ya no serían suficientes.

  • Con 1000 contagios diarios en 15 días se ocuparon 50% de las camas
  • Con 2000 cntagios diarios en 15 días se ocuparían el 100% de las camas
  • con 3000 contagios diarios en 15 días las camas dejarían de alcanzar.

Aplanar la curva y bajar el número diario de contagios se vuelve fundamental para que las camas disponibles se vayan liberando a medida que los enfermos se recuperan y la ocupación se mantengan en el peor de los casos en los niveles actuales, peligrosos pero todavía manejables para sanatorios y hospitales.

Lo cierto es que la presión "aperturista" de algunos sectores, prescinde de todos estos números, y aplica un razonamiento ridículo pero efectivo: ¿Por qué seguir la cuarentena si hay "sólo" mil muertos?, y sus variantes como ¿por qué los que estamos sanos no podemos salir?  La respuesta a esta altura es mas que evidente, hay "solo" 1207 fallecidos, precisamente porque se tomaron medidas a tiempo para evitar una catástrofe mayor, y los que creemos que no tenemos COVID-19, si efectivamente no lo contrajimos, es al menos en parte también gracias al aislamismo. 

El principal problema que enfrentamos ahora es que la situación no esta superada y una reapertura de actividades, terminaría replicando el escenario de otros países, que hoy tienen hasta 10 veces mas muertos que Argentina medidos con cualquier herramienta estadística y, este dato es importante, el mismo o mayor nivel de caída de su economía, aún en aquellos casos que mantuvieron en funcionamiento pleno los circuitos productivos y comerciales.

Esta semana en la radio una representante de hoteleros y gastronómicos calificó como una "decepción" el resultado de la apertura de bares y restaurantes en aquellas zonas del país que ya habilitaron esa actividad, y coincidió con nosotros en que la apetura por si solo no va a ser suficiente, ya que hay amplios sectores que aún sin aislamiento no volverían ni a los centros comerciales, ni a las actividades con público, que e exactamente lo que pasó en los países que no aplicaron ningún tipo de cuarentena.

El problema es la pandemia, no las medidas que se tomaron para minimizar su impacto.  El agobio económico es una realidad, pero la reactivación solo será posible si se supera el virus, y para superarlo, al menos en la zona AMBA, deberemos atravesar otros 15 días de aislamiento estricto y luego no relajar las medidas sanitarias, para poder recuperar cuando antes nuestra normalidad. 

(*) Maxi Pérez es periodista y conductor de "Código Baires" en Radio La Plata FM 90.9 

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