La interna bonaerense de JxC levanta temperatura y hay dudas sobre el futuro de Vidal
La interna de Juntos por el Cambio levanta temperatura también en la provincia de Buenos Aires, dónde radicales, lilitos, macristas y peronistas disputan un lugar en la toma de decisiones, pensando en las elecciones del año que viene, que podrían modificar sustancialmente la relación de fuerzas dentro de la Legislatura y potenciar la figura de Axel Kicillof aún a pesar de la crisis.
En 2021 se renuevan las bancas de 2017, cuando Cambiemos arrasó y prácticamente pintó la provincia de amarillo, logrando un bloque tan numeroso en el Senado que hoy todavía se mantiene como el mayoritario a pesar de la derrota del año pasado. Pero para el próximo turno ya no habrá un referente indiscutible a nivel nacional como fue Mauricio Macri, y todavía está en duda si la ex gobernadora María Eugenia Vidal será candidata por la provincia o por la CABA.
Hoy el foco está puesto en las herramientas que se deberían utilizar para definir candidatos, y mientras el radicalismo, confiado en su poder de fuego territorial reclama que vuelvan a ser las PASO las que permitan seleccionar a los postulantes, desde la Coalición Cívica ya adelantaron que no consideran que ese sea el mecanismo válido y hasta reclamaron una alianza mas sólida en lo municipios, para que JxC deje de ser un mero acuerdo legislativo.
En el PRO todavía se muestran confiados en tener la "lapicera" de forma excluyente, ya sea con Vidal candidata o con una disputa de liderazgos entre los principales intendentes de ese espacio que ya conformaron una especia de "Liga" de jefes comunales que además necesitan buscar otro destino porque no tienen chances de reelección, como Jorge Macri, Julio Garro, Néstor Grindetti, Diego Valenzuela y Ezequiel Galli.
Son en definitiva los primeros que apretaron el acelerador y en medio de la pandemia adelantaron que van a ir por la provincia y esperaban que el próximo candidato a ocupar el sillón de calle 6 sea un intendente, un viejo anhelo de casi todas las fuerzas políticas que nunca termina de materializarse, que funciona en el resto de la provincias, pero que aquí no termina de materializarse.
Ese plan se encadena además con la carrera hacia la presidencia de Horacio Rodríguez Larreta, que podría volver a plantar a Vidal en el escenario porteño para garantizar el control absoluto de la CABA indistintamente de los resultados que obtenga él mismo a nivel nacional., Si, en el entorno del jefe de Gobierno algunos creen que la exgobernadora es quien debería sucederlo.
El problema es que la figura de la ex mandataria es la única que logra contener a macristas, radicales y lilitos por igual en los 135 distritos, por lo que su potencial ausencia en las urnas amenaza con profundizar las diferencias que hoy atraviezan de forma cruzada a todo JxC y a los partidos que lo integran, como ocurre en la interna de la UCR, con un oficialismo que cuenta con masivo apoyo del PRO y un oposición, con Gustavo Posse a la cabeza, que puede recostarse sobre la "pata peronista" que encabezan dirigentes cercanos a Emilio Monzó que no terminan de romper con la alianza opositora.
Por ahora, salvo la liga de intendentes, nadie se anima a mostrar sus fichas, aunque si se muestran los dientes y trabajan para llegar mejor parados a la etapa de pospandemia, en la que deberán acelerarse los tiempos para consolidar el armado opositor, pero lo cierto es que hay fugas en algunos grupos de whatsapp y telefonos que suenan sin que nadie los atienda.
Los radicales reclaman su derecho a las PASO, los lilitos su derecho s formar parte de los futuros ejecutivos, los macristas la continuidad de su derecho a contar con la lapicera de forma excluyente y no hay ni dirigente ni modelo de negociación que logre consolidar un nuevo equilibrio en ese escenario por lo que Juntos por el Cambio es una hoguera de desconfianzas en la que algunos dirigentes intentan sacar ventaja y otros esperan poder contenerlos a todos hasta después de la próxima elección.
