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Ley Ómnibus

El gobierno tiene los números en Diputados pero sigue la incertidumbre

El apoyo incondicional del PRO y el acompañamiento del radicalismo le permitirían a Milei obtener un triunfo en la Cámara baja, pero la ley podría sufrir nuevos recortes. Privatizaciones y delegación de facultades en la mira

Maximiliano Pérez
31/01/2024
El gobierno tiene los números en Diputados pero sigue la incertidumbre

A las 10 de la mañana de este miércoles 31 de enero, arranca la que podría ser la sesión más larga de la historia del Congreso Nacional. Los diputados y diputadas deberán analizar, debatir, modificar y corregir los casi 400 artículos que aún forman parte de la denominada "Ley Ómnibus", con la cual el gobierno de Javier Milei pretende sentar las bases de la reforma del Estado.

Inicialmente, la sesión iba a convocarse para el día posterior al paro de la CGT. Sin embargo, la inexperiencia del presidente de la Cámara, Martín Menem, para garantizar el quórum y la insistencia del Presidente en atacar con fuertes denuncias de coimas y extorsión a sus principales aliados derivaron en una crisis. Esto dilató los tiempos y obligó al ejecutivo a realizar nuevas concesiones, presentadas como "mejoras", a pesar de que solo se trató de la eliminación de algunos fragmentos políticos, como el capítulo fiscal.

Con la asistencia de los integrantes de "La Casta" dialoguista, como Miguel Ángel Pichetto y el radical Rodrigo de Loredo, el oficialismo logró encauzar el debate y sumar voluntades para poder sesionar este martes. Esto garantiza no solo el inicio de la sesión sino también la aprobación en general de la Ley, probablemente con un número cercano a los 140 votos.

En ese sentido, es muy llamativa la posición del diputado radical, quien no ahorra críticas contra el estilo agresivo de Milei en cada set televisivo o programa de radio. Denuncia autoritarismo, falta de diálogo y hasta llegó a calificar las negociaciones sobre la ley como un "quilombo". No obstante, siempre garantiza el apoyo de su partido, cuyos integrantes Milei tildó en más de una ocasión de "tibios", "zurdos" y hasta de "inútiles".

La oposición "blanda" considera que un fracaso de La Libertad Avanza podría acelerar la vuelta del peronismo al poder. Por eso, se han dado a la tarea de reencausar el gobierno como aliados legislativos a pesar de los ataques sistemáticos del oficialismo. El ex peronista, ex kirchnerista, ex macrista y actual diputado, Pichetto, fue quien definió de manera más clara las necesidades del gobierno al postular la idea de una gestión de "coalición de gobierno". Esto apuntala la evidente inexperiencia de las principales figuras de la mesa chica de Milei.

En todo caso, el debate sobre la Ley Ómnibus será una prueba de fuego para la posibilidad de avanzar con ese tipo de alianzas, aunque más no sea en el terreno legislativo, donde además La Libertad Avanza no cuenta con números suficientes para hacer correr ninguna iniciativa propia, ni siquiera con el apoyo del PRO, hoy decididamente integrado al gobierno a través de Patricia Bullrich, que sigue siendo la presidenta del partido, y de Cristian Ritondo, jefe de la bancada macrista y defensor a ultranza de toda decisión que tome Milei.

Las dudas sobre la Ley que ya perdió casi 200 de sus artículos originales se posan sobre dos áreas específicas. Por un lado, la delegación de facultades del Congreso Nacional hacia el ejecutivo y el temor de muchos legisladores de que la medida le permita al Presidente imponer por decreto todo aquello que fue eliminado del proyecto original. El debate en particular sobre este punto girará en torno al tipo de limitaciones que tendrá esa delegación de facultades, lo que para algunos diputados y diputadas debe quedar plasmado de forma taxativa en la letra de la ley.

Por el otro lado, está la privatización plena de 37 empresas, luego de que se retirara YPF y se propusiera una semiprivatización del Banco Nación. En este caso, la relevancia para el gobierno está en la inyección de dólares que podría representar la venta del patrimonio de todos los argentinos, en una especie de reedición del menemismo de la década del 90, cuando el programa de "convertibilidad" se devoró todos los recursos que surgieron de las privatizaciones.

El elemento central es que muchas de estas empresas no son deficitarias, sino todo lo contrario, por lo que deshacerse de ellas parece un contrasentido. Además, los gobernadores pretenden que por lo menos una parte de los fondos obtenidos por la venta de los activos vayan a parar a las provincias, que vienen siendo perjudicadas por las políticas de ajuste del gobierno federal.

El peronismo y sus aliados reúnen 106 votos, que van a rechazar el proyecto en general y en particular. Resta saber qué mayorías eventuales se construirán para modificar los artículos más conflictivos. Desde el oficialismo insisten en que los legisladores de la oposición deberían "respetar la voluntad popular" y votar el proyecto a libro cerrado.

Una de las hipótesis que se barajan en el peronismo es tensar el debate al máximo, para evidenciar el apoyo de algunos sectores de la oposición al gobierno, aunque saben que los números hoy están siendo favorables al ejecutivo. Por lo tanto, la lupa ya estaría puesta en el Senado, donde Milei no puede perder ni un solo voto de sus principales aliados y aún así necesita sumar a todas las bancas que no son de UxP para lograr la aprobación.

La sesión más larga de la historia promete ser además una de las más calientes. A pesar de que el gobierno parece haber logrado el número para aprobar la ley en general, esa mayoría está atada con alambre y pende de un hilo, por ejemplo, ante cada tuit del presidente. Esto hace suponer que las 50 horas que se esperan que dure el debate serán además clave para medir la capacidad real de negociación del oficialismo en el marco de una discusión por demás sensible.

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