Suba en los medicamentos: "Dos de cada 10 personas" no pudieron acceder a sus tratamientos

El director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), Rubén Sajem, calificó de "desproporcionada" la suba del 319,1 % en los precios de los medicamentos que tuvo lugar en el primer mes de gestión de Javier Milei. "En ningún país del mundo se aumentaron los medicamentos sin control, como ahora en Argentina", advirtio el profesional. Las críticas del Ceprofar se suman a los expresadas,  por sectores tan disímiles como el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, el Foro de Intendentes Radicales y los colegios de farmaceúticos.

En declaraciones radiales, Sajem expresó su preocupación por el impacto en la salud de la población de la liberación de precios propiciada por el libertario y, en este sentido, afirmó: "Los medicamentos son lo único que la gente privilegia para comprar, además de los alimentos, pero lamentablemente en el mes de diciembre las mediciones indican que dos de cada 10 personas -el 19%- no estarían pudiendo acceder a sus tratamientos".

Al respecto, el director del Ceprofar explicó que esta situación fue motivada por "aumentos desproporcionados que se provocaron en noviembre y diciembre, de un 90% promedio con picos que llegan al 140%".

De esta manera, algunos tratamientos, como el de la hipertensión, pasaron de $35.000 a $70.000.

Asimismo, Sajen alertó sobre el riesgo que correrán los jubilados, pues de acuerdo a su análisis, "las obras sociales, incluso el PAMI, se nutren de los salarios que aumentan al nivel de la inflación como mucho", lo que provocará que tales instituciones no tengan recursos para mantener la gratuidad de los medicamentos y su cobertura.

"Hay que regular el sistema, ya que en ningún país del mundo pasa que los laboratorios aumentan los precios sin control, como lo están haciendo ahora", disparó, por lo que consideró "equivocada" la "concepción ideológica" del gobierno nacional "de que se desregule todo de acuerdo a la oferta y la demanda" .

"No puede haber una libertad para poner precios por parte de los laboratorios, porque del lado del paciente no existe tal cosa como la libertad para enfermarse o morirse. Nadie lo quiere, no funciona así", concluyó.