Para parar la crisis política: Marcha atrás con Ganancias, Retenciones y Fórmula jubilatoria

En un intento por recomponer la relación con los gobernadores y en el marco de las negociaciones por la Ley Omnibus, el gobierno de Javier Milei decidió quitar el capítulo fiscal del proyecto, lo que lisa y llanamente quiere decir poner en stand by la reversión de ganancias, el aumento de retenciones, el blanqueo de capitales, la moratoria fiscal y la reforma de la fórmula de moviliad jubilatoria.

El anuncio fue realizado por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien aseguró que desde el gobierno "entendemos y acompañamos algunos de los reclamos" de los gobernadores, pero consideró que con esta medida (que evito reconocer como una concesión), la Ley debería aprobarse sin mayores inconvenientes.

En Conferencia de prensa el titular de economía no pudo precisar con que paquete de medida el ejecutivo buscará reemplazar el aumento de los ingresos que se desprendida de las medidas fiscales ahora eliminadas, sobre todo ganancias y retensiones; y se limitó a informar que están en estudio diferentes alternativas para alcanzar de todas maneras el déficit cero.

El anuncio llega como un intento de calmar la aguas en medio de la primera crisis política que atraviesa el gobierno nacional, que no pudo capitalizar el dictamen de mayoría que logró en el plenario de comisiones para empezar el tratamiento de la Ley Omnibus, y por el contrario, terminó salpicado por el escándalo del "dictamen blue", que se sospecha que fue redactado fuera del Congreso Nacional.

Milei en Posición Adelantada

Apenas horas antes se difundió una nota del presidente a un medio internacional en la que ratificaba la posición de su gestión de "no negociar nada" del proyecto porque "la libertad no se negocia", aunque el mismo mandatario admitió que "si aceptamos mejoras", para justificar la salida de varios artículos del paper original.

El propio Caputo, en esta misma semana y con la venia de Milei, había salido con los tapones de punta a apretar a los gobernadores anunciando que si no se aprobaba el proyecto el ajuste sobre las provincias iba a tener que ser mayor, lo que fue coronado con un brutal filtración de una reunión de gabinete en la que el Presidente adelanto que estaba dispuesto a fundir a las provincias y asfixiar económicamente a los gobernadores que no apoyaran su proyecto.

Todo esto en medio de posiciones cruzadas de los legisladores de la oposición que firmaron el dictamen en disidencia y que apenas horas despues del plenario de comisiones hicieron notar que, aparentemente, algunos artículos que se habían eliminado finalmente estaban en el texto final, lo que profundizó la crisis y puso al presidente de la Cámara, Martín Menem, en el centro de la escena porque evidencio su falta de experiencia para comandar una negociacion de este nivel.

Por eso el anuncio, claramente una concesión a los mandatarios provinciales, busca no solo distender la relación sino reencausar la negociaciones hacia el terreno político, tal como lo venía reclamando el jefe de la bancada de Hacemos Coalición Federal, Miguel Ángel Pichetto, uno de los "dialoguistas" que sin embargo terminó, también esta semana, trensado en un duro cruce tuitero con Caputo y, según trascendidos, también hizo salir a Federico Sturzenegger de una reunión.

En solo una semana, el gobierno de La Libertad Avanza pasó de ratificar su intención de no negociar la Ley y apretar a los gobernadores, a ceder en el capítulo fiscal en un giro que además por ahora parecer improvisado y a las apuradas, en un escenario en el que los números en la cámara baja todavía no le garantizan la aprovación del proyecto, por lo que las próximas horas serán clave para saber si finalmente se convoca a sesión para el martes de la próxima semana o si los otros puntos sensibles, como la delegación de facultades legislativas, siguen siendo un escollo infranqueable para los diputados y diputadas de la oposición.